La
primera vez que escuché ese cuento no me gustó, pero tuve que, hacer creer que
el cuento era bueno para ser cortes con el cuentista. Me contó esa persona, que
una señora y su esposo estaban en un lugar donde se estaban haciendo algunos
encaste de animales y que cuando esa señora vio que a ese toro le quitaban una
vaca y le traían otra para proseguir, la señora se sorprendió y miro a la
derecha a su señor y le dijo: No te da vergüenza, mira ese toro no descansa -
y el señor contestó: - pero tú no ves que a ese toro le cambian la vaca -
Muchas
señoras del siglo pasado en mi país, aceptaban que el viejo tuviera una
muchachita de querida como si fuera una medicina de la que las damas también se
beneficiaban porque creían que el deseo que se prendía en la calle con la otra,
podía durar encendido hasta llegar a casa. Hay muchas cosas que no se quieren
tocar en cuanto a esas interioridades porque hay casi una vergüenza colectiva. Hay muchos
dolientes que desean mejor sepultar en el olvido.
La
rabia que dan algunas opiniones de gente mal intencionada con el caso de la
niña Emely, me hace remover esas cenizas. Perdonen si a algunos les afecto.
Para no hacerme el más santo entre todos los hombres, levanto mi mano derecha y
acepto que nosotros los hombres tenemos un defecto de fábrica que nos hace ser
impulsivo para que, sin pensar, al ver la carga de atrás de una mujer lo
primero que decimos es una mala palabra con gusto. Eso nos hace ser la parte
más débil, pero es una debilidad que siempre escondemos con ruido, aspavientos,
cuadre de macho men y, los que pueden, usan hasta dinero para mostrar fuerza.
Si
en Nueva York a mí me ven con una menor, no recorro muchos bloques sin que se
me tiren por lo menos cuatro carros de policía, y si se comprueba que he tenido
relaciones con la menor, hasta la acusación de poner en peligro la vida de un
niño me ponen y, eso son como de 15 a 20 años y, si el adulto embaraza a una
menor, hasta el juego de los Yanquis lo suspenden hasta que la menor confiese
quien es el Padre y cuando te agarran hasta, el Ampáyer te canta.
Pero
en el país tuyo y mío verte con una menor es una gracia y, hasta los lambones
felicitan a los viejos Jeepeteros busca muchachita y les dicen que están
acabando, que los quieren y no es por su dinero sino por lo bueno que esta el
Don. Lo que pasa donde hay pobreza con los hombres que buscan menores para
remedio, para sentirse otra vez hombre, es una locura. No hace mucho murió un
viejo y Coronel con una niña de 15 años en un motel y en vez de darle
protección a la niña los de la ley se la llevaron presa. La impunidad, la madre de todos los males, pero
también la agresión.
¿Usted
se imagina en un pueblo pobre, ser hijo único de la mujer con más poder y ese
hijo con vehículo bueno y dinero para gastar, más una casa para usarla como
motel? Ahora debemos preguntarnos que llevó a esta mujer a cometer estos
hechos, y de seguro que la ínfula de poder influyó además el creer que yo tengo
muchas relaciones y estoy pegada. Lo primero que un criminal político cuadra es
su impunidad y eso estaba funcionando, porque por lo visto pareció haber
complicidad de gente del gobierno para encubrir. Eso se ve claro que solo la
presión del pueblo fue que logró que la impunidad no hiciera su papel.
Que Coincidencia más Fatal
Me
he fijado que con la voz del Senador PLD de la Vega que pide cárcel para los
padres de Emely, hay otras voces que entran en el dilema de los “12 años con
Amores” algo que a mí me parece un modo de socializar la culpa. Pero la
fatalidad es, como los que tienen sus halagos por los políticos del gobierno coinciden
en buscar un modo de aliviar la culpa de dos demonios. Yo no sé si es para bien
o para mal, pero hoy estamos todos en el grupo que debemos de estar, y que
bueno, para saber que no estamos revueltos con tantas porquerías. Creo, que hay
fatalidades que nos faltaban, para uno saber quién es quién. El diablo los patrocina y ellos se juntan.
El querer inculpar a los padres de Emely, es como matar a Emely nuevamente! Hay que tomar las cosas en el contexto, no separadas. La madre de Emely dijo en una entrevista, que cuando la madre asesina viajaba para Estados Unidos dejaba a su hijo bajo su responsabilidad, que ese demonio creció bajo sus faldas; es decir que los dos jóvenes crecieron juntos y de ahi surgió el "amor" y también por eso la madre de Emely permitió esos amores, creyendo que ese demonio amaría y respetaría a su hija!
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