domingo, 3 de septiembre de 2017

Cuando la Señora vio aquel Toro con aquella Vaca, se le quejó al Viejo Verde


 
 

La primera vez que escuché ese cuento no me gustó, pero tuve que, hacer creer que el cuento era bueno para ser cortes con el cuentista. Me contó esa persona, que una señora y su esposo estaban en un lugar donde se estaban haciendo algunos encaste de animales y que cuando esa señora vio que a ese toro le quitaban una vaca y le traían otra para proseguir, la señora se sorprendió y miro a la derecha a su señor y le dijo: No te da vergüenza, mira ese toro no descansa - y el señor contestó: - pero tú no ves que a ese toro le cambian la vaca - 

Muchas señoras del siglo pasado en mi país, aceptaban que el viejo tuviera una muchachita de querida como si fuera una medicina de la que las damas también se beneficiaban porque creían que el deseo que se prendía en la calle con la otra, podía durar encendido hasta llegar a casa. Hay muchas cosas que no se quieren tocar en cuanto a esas interioridades porque hay casi una vergüenza colectiva. Hay muchos dolientes que desean mejor sepultar en el olvido. 

La rabia que dan algunas opiniones de gente mal intencionada con el caso de la niña Emely, me hace remover esas cenizas. Perdonen si a algunos les afecto. Para no hacerme el más santo entre todos los hombres, levanto mi mano derecha y acepto que nosotros los hombres tenemos un defecto de fábrica que nos hace ser impulsivo para que, sin pensar, al ver la carga de atrás de una mujer lo primero que decimos es una mala palabra con gusto. Eso nos hace ser la parte más débil, pero es una debilidad que siempre escondemos con ruido, aspavientos, cuadre de macho men y, los que pueden, usan hasta dinero para mostrar fuerza. 

Si en Nueva York a mí me ven con una menor, no recorro muchos bloques sin que se me tiren por lo menos cuatro carros de policía, y si se comprueba que he tenido relaciones con la menor, hasta la acusación de poner en peligro la vida de un niño me ponen y, eso son como de 15 a 20 años y, si el adulto embaraza a una menor, hasta el juego de los Yanquis lo suspenden hasta que la menor confiese quien es el Padre y cuando te agarran hasta, el Ampáyer te canta. 

Pero en el país tuyo y mío verte con una menor es una gracia y, hasta los lambones felicitan a los viejos Jeepeteros busca muchachita y les dicen que están acabando, que los quieren y no es por su dinero sino por lo bueno que esta el Don. Lo que pasa donde hay pobreza con los hombres que buscan menores para remedio, para sentirse otra vez hombre, es una locura. No hace mucho murió un viejo y Coronel con una niña de 15 años en un motel y en vez de darle protección a la niña los de la ley se la llevaron presa. La impunidad, la madre de todos los males, pero también la agresión. 

¿Usted se imagina en un pueblo pobre, ser hijo único de la mujer con más poder y ese hijo con vehículo bueno y dinero para gastar, más una casa para usarla como motel? Ahora debemos preguntarnos que llevó a esta mujer a cometer estos hechos, y de seguro que la ínfula de poder influyó además el creer que yo tengo muchas relaciones y estoy pegada. Lo primero que un criminal político cuadra es su impunidad y eso estaba funcionando, porque por lo visto pareció haber complicidad de gente del gobierno para encubrir. Eso se ve claro que solo la presión del pueblo fue que logró que la impunidad no hiciera su papel. 

Que Coincidencia más Fatal 

Me he fijado que con la voz del Senador PLD de la Vega que pide cárcel para los padres de Emely, hay otras voces que entran en el dilema de los “12 años con Amores” algo que a mí me parece un modo de socializar la culpa. Pero la fatalidad es, como los que tienen sus halagos por los políticos del gobierno coinciden en buscar un modo de aliviar la culpa de dos demonios. Yo no sé si es para bien o para mal, pero hoy estamos todos en el grupo que debemos de estar, y que bueno, para saber que no estamos revueltos con tantas porquerías. Creo, que hay fatalidades que nos faltaban, para uno saber quién es quién. El diablo los patrocina y ellos se juntan. 

 

 

1 comentario:

  1. El querer inculpar a los padres de Emely, es como matar a Emely nuevamente! Hay que tomar las cosas en el contexto, no separadas. La madre de Emely dijo en una entrevista, que cuando la madre asesina viajaba para Estados Unidos dejaba a su hijo bajo su responsabilidad, que ese demonio creció bajo sus faldas; es decir que los dos jóvenes crecieron juntos y de ahi surgió el "amor" y también por eso la madre de Emely permitió esos amores, creyendo que ese demonio amaría y respetaría a su hija!

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Abinader y La Juventud