“Cuando Trujillo era
guardia/ el teniente lo decía/ que él iba a ser presidente/ pa’ acabar la
ñoñería” (Chupe usted y acláreme estas letras de Toño Abreu. jajajajajajajaja
Así decía uno de los
merengues más populares para la ocasión hecho por Toño Abréu para salir a
politiquear con Trujillo en la campaña política del “Jefe” de 1930. Toño Abreu
era un merenguero y compositor de la Joya Santiago y fue el autor del Merengue
Caña Brava. Vivió en un cuartito en San Cristóbal ayudado por los vecinos, ahí
murió y fue enterrado por los mismos vecinos.
Trujillo
fue el primer “tiguerazo” del país, él sabía que a los músicos por ser
faranduleros les gustaba el figureo y hasta tocaban gratis, por alcohol y
promesas de ser grandes figuras. Entonces Trujillo y Rafael Estrella Ureña su
vicepresidente de familia prestigiosa de Santiago, tenían la necesidad de
quitarse el apellido de “golpista” se idearon una campaña política como ahora,
para limpiar la imagen buscaron un condón con acordeón, algo nunca visto en
esos tiempos con músicos en campaña. Toño Abreu escribió merengues de alabanza para
irse de rumba con la política.
Pero
los músicos alabando al “Jefe” no funcionó del todo para ganar, el binomio
Trujillo - Estrella tuvo que reprimir la oposición para imponerse. Retiraron los
opositores a Trujillo de la contienda electoral del 16 de mayo de 1930 a base
de terror de la guardia y, nombraron su propia Junta Central Electoral. Lo que
hoy estamos viviendo con los artistas en política lo empezó Trujillo, pero
Trujillo no les daba Cargos, les daba romo, esperanza, y comida a veces, a
cabio de alabanza y lealtad.
En mis pasos por la
farándula no he conocido a seres humanos más ilusos con el Poder que los
artistas, y eso tiene una explicación, los faranduleros sueñan con ser estrellas
y ven en la gente de Poder esa nave que los va a llevar al cielo. Y al final no
es la fama lo más desgarrador, sino los momentos de exaltación que son más
adictivo que la heroína, te aplauden ahora y cuando está llegando a casa ya se
te ha pasado la nota del aplauso recibido y, entonces viene la depresión, la
ansiedad, el vicio y al final la búsqueda de una iglesia para pedir a Dios. (No
todos)
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