sábado, 9 de marzo de 2019

Con La Llegada de Anthony Ríos A La Capital Inició La Decadencia Del “Club De Los Monos”



SC. RD. Cuando mi profesora Nereida en la clase de literatura nos enseñaba que “la belleza está en los ojos de quien la mira” casi justamente nacía un grupo que se hacía llamar “El Club de los Monos” que estaba formado por figuras casi todos del arte, entre ellos, empresarios de la comunicación, comunicadores muy populares, cantantes populares y músicos todos muy buenos. En ese Club de los “Feos”, como otros solían llamarle a aquel grupo de morenitos perfumados y aceitosos. La propaganda principal del grupo decía, que más vale un feo sabroso que un “bonito sin gracias”, y arremetían además diciendo, que a “las mujeres les estaban gustando los hombres feos pero sabrosos. 

Nada más tentador que la propaganda en el oído de una mujer, hubo muchas mujeres que se dejaron atrapar de la tentación que produjo la curiosidad por saber si era verdad lo que se decía de los hombres ‘‘Feos” en aquel “Club de los Monos”. Cuando dejaban entrar a blanquito al Club de Los Monos, tenía que ser un blanquito recién llegado del Campo, sin mucho brillo para que no hiciera mucho ruido en el Club, como Anthony Ríos que venía de un Campo de Hato Mayor y a la capital de carambola, donde miraba azorado los muchos carros en la Capital y se entretenía mirando como el mar bañaba la ciudad. El primer trabajo de “Kínder” su apodo de pueblo, fue frente al mar, de trovador en el Hotel Napolitano.

Si nos ponemos a verlo bien, la creación del “Club de Los Monos” que fue primero un bar donde sobresalió un humorista llamado Cambumbo, fue algo genial, porque en ese tiempo de sociedades ruticas al amparo de un teléfono negro que parecía estar más muerto que vivo y, sin redes sociales ni teléfonos inteligentes, con la tecnología en pañales. Cuando algunas sociedades de la época Vivian con grandes problemas raciales, de segregación, prejuicio y discriminación de todo tipo por lo racial y hasta de resentimientos de las víctimas discriminadas, en nuestro país se formaba un grupo que aceptaba los rasgos que en otros lugares fueron motivo hasta de desprecio, para demostrar que la belleza estaba como decía mi profesora, en los ojos de quien la mira, que para los gustos se habían hecho los colores.

Cuando Anthony Ríos entró al Combo Show de Johnny Ventura, se movía más que una mosca blanca en verano, sobresalían sus ojos grandes en aquella cara siempre sonriente que luchaba en el Combo Show por ganarse una posición para llenar el vacío de una de las grandes estrellas del canto como Fausto Rey. Pero por más que Anthony se movía, sobresalía siempre el pariguayo que vino del campo para quedarse a como sea en la gran ciudad. Pero nadie sospechaba del “Tiguerazo” talentoso, buena gente, solidario y amistoso que había en aquel campesinito embullao, alegre y de negra melena, pero desentallao, que llegó del campo como una mosquita muerta que se echó los Monos en un bolsillo para el hacerles la gracia.

En algunas facetas, como la música popular y el Béisbol, ciertas particularidades del físico estaban relacionada con el talento, al menos eso señalaban los prejuicios que a veces era impuestos por algunos “Feos” que defendían las virtudes especiales de la “bemba colora”. Anthony Ríos entró al Combo Show por casualidad y lo discriminaron por “bonito”, porque el cantante que iba a sustituir a Fausto Rey murió de un jumo celebrando su nuevo trabajo con Johnny Ventura. Pero hubo alguien y yo me imagino quien fue ese alguien, que en el Combo Show dijo: Y cómo vamos a meter ese blanquito (Anthony Ríos) si en esta agrupación todos somos “negritos” a lo que Luisito Martí dijo: Luis Sánchez, era más blanco y mas tipo y estuvo con nosotros 12 años.

Hay gente que se maneja muy bien como víctima de las discriminaciones, pero cuando ellos son los discriminadores también lo hacen bien, porque nadie se imagina que la condición racial de ellos discrimina, pero mire que sí, discriminan muy bien porque lo saben disimular.  Competir con aquellos “cabellos malos” era un reto difícil para un blanquito, por lo de moda que estaba el “Afro”. Con el tiempo las mujeres empezaron a fijarse en el blanquito del Combo, entonces vino una zafra de buenas agrupaciones musicales en que empezaron a depurar los cantantes de esas agrupaciones con “caritas bonitas” y el club de los Monos quedo como una gran reliquia del tiempo. Pero al final se impuso el sentido común de la vida, ni feo ni bonito, sino el talento con personalidad y carácter de artista. Anthony Ríos, más allá del talento, la gran estrella que rompió con los Mixtos de negrito y blanquito.   



  

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