viernes, 9 de noviembre de 2018

YO NO DISCUTO CON EL DIABLO



                                                                             

                                                                            



YO NO DISCUTO CON EL DIABLO. En una discusión APRETADA, sobre un tema que se volvió complicado por alguna razón, lo primero que hace el Tiguere Gallo, es desarmar la inteligencia de su contrincante diciéndole: “Cállate que tu no sabes de eso” ‘Ese es un tema muy complicado” “Yo tengo un amigo abogado que nos criamos juntos y el me explicó todo sobre ese caso" dice el Tiguere. Y otro modo que usa el Tiguere Gallo para descalificar a su contrincante es, darte un diagnóstico de loco, diciéndote: “Yo te estoy hablando por lógica y tú hablas por Pasión. Te está diciendo loco.

Pero cuando el tema sobre el cual se discute está contaminado por la política, porque algunas de las partes en el caso son figuras de la política, no es difícil saber quién le está metiendo el agua al coco. Si la discusión fuera sobre una jugada deportiva que cantó un árbitro quizás fuera difícil saber cuál jugador tiene la razón, pero cuando la política pone sus malos olores no es difícil saber quién es que hiede, porque los que hieden igual se agrupan por el olfato. Ni siquiera los rostros los asocia tanto como sus malos olores.

El Diablo no tiene un día en que es buena gente y otro en que es un desgraciado, el diablo es coherente en su maldad, siempre es el mismo diablo y no da chance. Si el diablo está detrás de un caso, yo no tengo que ser un abogado defiende Tiguere de nombre Balc... para saber que los protegidos del diablo son culpables. Si usted ve como opinan los abogados del PLD incluyendo ese, es una oreja, si ves como opinan los Peledeistas en las redes sociales es otra oreja, si ves como Opinan los del PRD es la mejor oreja y si ves como opina sobre el caso un Peledeista que cobra solo para defender al PLD en Facebook, es otra oreja.

Pero si viste que dijo la Secretaria de la Mujer sobre esa “Jugada Jurídica”, es otra oreja que debe sacarte lágrimas y decirte para quienes juegan los jugadores que les hacen el juego a los árbitros del infierno que esconden el crimen de la niña y su hijo. Entonces, ¿cuantas orejas más son las que tú necesitas para dejar de hacerle el juego a ese incomodo Tiguere Gallo Morao? Ese Tiguere Gallo cobra por ese tiempo que gasta para confundirte y convencerte, pero tú no cobras por dejarte confundir. Yo no discuto con el diablo, porque yo soy un chivito bruto.   

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Abinader y La Juventud