Una pela de lengua en el alto Manhattan me ha hecho volver a
mi barrio de antaño para recordar que muchas cosas que veo en este presente ya
las había visto. Y no porque mi barrio haya sido el más plebe, sino porque en
mi vecindario también se daban esos enojos por el rumor público. Cuando en la
General Leger arriba se hacía viral sin haber redes sociales, el rumor de que
el hijito de la vecina ‘Fulana de Tal” era un ladroncito, había que cerrar las
puertas por los niños, para que no escucharan lo que esa Madre dolida decía en
la esquina caliente donde ella daba su discurso.
Ya a esa madre le habían contado el chisme y ella sabía
hasta quiénes lo habían hecho viral comentándolo de patio en patio, que su hijo
metía la mano y mientras ella hablaba, el muchachito muy serio arropado en la
falda de aquella madre, mantenía su mirada perdida en el suelo, como si rebuscara el perdón en su conciencia por lo
que él sabía qué hacía, pero a la madre
nadie la sacaba de eso, ella juraba: Mi hijo puede ser malcriado pero Ladron no
y, la viejita más querida del barrio, que llevaba el día a día en el libro de récor
de cada mortal de aquel sector, al escuchar aquellas palabras descompuestas de
la madre ofendida, murmuraba en silencio: ¡Aguajera! ¡Apoyadora!
La pela de lengua se terminaba, esa madre se desahogaba,
pero el pobre muchachito seguía llevando el apellido de “Ladroncito” por culpa
de su propia madre. Cada vez que ese niño llegaba a un patio a jugar con los otros niños
decían lo mismo, “aseguren todo que ahí está el ladroncito” por qué? porque lo
que esa madre debió haber hecho en vez de insultar al rumor público era,
sentarse con el niño de la mejor manera para buscar de él una confesión y
ayudarlo, buscando además la ayuda de los vecinos, dándole al vecindario la confianza para que
ellos intervengan en bien del niño y de esa manera nadie tenga razón para
atacar a un muchacho con un secreto a voces.
Ahora bien, no es lo mismo sentarse con cariño frente a un
niño a indagarlo sobre esas pequeñas cosas que supuestamente sustrae, que
sentarse frente a un viejo y decirle: Es verdad que usted roba? Porque como tú
se lo digas, así es que lo va a entender y la respuesta me parece escucharla: “Pero
azaroso y es loco que tu estas”. Y cuál es el problema? Que es el viejo el que
tiene que sentarse con el mismo, y hasta sus hijos que son los herederos del
pasivo y el activo de las conductas de los padres, los que tienen que cuidar el
prestigio que ellos también heredan.
Pero si ese político le permite a un extraño que lo defienda
con la peor manera que es una pela de lengua en pleno 2017, lo que se hace es más
daño que lo que hace su foto en ese paseo por Manhattan. Aquella viejita del
barrio no era abogada ni psicóloga pero la edad y la práctica conviviendo con
la gente la habían llevado a entender que cada vez que alguien insultaba al
rumor público lo que buscaba era intimidar para que la gente dejara eso así.
Por eso aquella señora de poco hablar decía, que todo el que habla de su
honradez con estridencia es un aguajero. De modo que el que busca silenciar
rumor con intimidación es sospecho, y eso casi siempre da culpabilidad por todo
lado.
Tengo un caso, en New Jersey, un Alcalde y su hijo se
envolvieron en una trifulca en las redes sociales porque la gente de la ciudad
que dirigía ese Sindico lo señalaban como corrupto y el alcalde y su hijo con intimidación
trataron de impedir que la gente se manifestaran con sus quejas, hicieron cosas
en las redes sociales con la que agredieron los derechos de los activistas y,
eso fue suficiente para que el FBI persiguiera al alcalde y a su hijo a quienes
apresaron por ese hecho y luego se le comprobó que era corrupto el alcalde.
Botado y preso. Pedir que un político que ejerce funciones públicas sea
investigado no es un delito. Eso es algo malo solo en donde los políticos han
dirigido las cosas públicas como su finca. Eso es saludable para la democracia.
En Miami hay un médico dominicano prominente que merece ser
admirado y, respeto mucho, hay un familiar cercano de ese medico cuya fotografía ha sido
presentada siempre en Marcha Verde pidiendo que lo investiguen sobre corrupción
y no es una foto pequeña como la presentada de Hipólito en NY, es una foto
gigante, y ese medico siempre comparte en su Muro los mejores momentos de la Marcha
Verde y nunca ha dicho una sola palabra en su queja sobre su pariente, eso es
ser responsable, eso es clase, eso es ser una persona con nivel, porque lo que
la sociedad diga de ti solo lo puedes resolver tú, poniéndote a disposición de
la ley. Cuando son muchos los que te cuestionan no podemos vivir haciéndonos
los locos y dándole de lado con la indiferencia al descredito.
Cuando insultamos a quienes tienen ciertas desconfianza de
nuestra honradez, lo que estamos haciendo no es resolviendo el problema, lo que
hacemos es intimidando para que no siga el rumor y eso de una manera indirecta es
obstrucción de la justicia, porque si yo pido te investiguen y tú me intimidas
para que no lo reclame, qué es? La mejor lavadora de honores ante el rumor, es
el ministerio público que es el representante de la sociedad, no diciendo
aguaje “que me investiguen”, como dice en estos días un tal Pechito. Cuando la
justicia está secuestrada por tu grupo, eres tú el que tienes que acudir y
demostrarme que no eres el Ladron que se ha robado las medicinas de los
hospitales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario